UNA VERDAD QUE PROSPERA
UNA VERDAD QUE PROSPERA
“Persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, el cual era entendido en visiones
de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó”.
2 Crónicas 26:5
INTRODUCCIÓN: Cuando se habla de prosperidad generalmente se relaciona este término en sentido
de lo económico o material. Muchos creemos que para ser prósperos debemos
empezar por ganar o tener más para poder cubrir compromisos financieros y salir de
la crisis. Descubriremos que NO ES VERDAD QUE EL CAMINO A LA PROSPERIDAD
EMPIEZA CUANDO GANAMOS O RECIBIMOS MÁS.
Renovando la visión de lo que significa la verdadera prosperidad lograremos entender la verdad que esta encierra, para ello es necesario iniciar teniendo una adecuada visión de sí mismo, renunciar a los paradigmas y abrir la mente y el corazón para experimentarla desde las perspectiva de Dios.
1. TODO EMPIEZA POR RENUNCIAR A LA MENTIRA
(Isaías 55:8) Estamos en un proceso y lo primero que Dios busca renovar es nuestra forma de pensar.
Una ideología, es un conjunto de ideas que caracterizan un grupo ¿Qué ideología
tienes? Cuando hacemos la oración del Padre Nuestro, éste dice: Venga a nosotros
Tú Reino…. Lo cual nos muestra que Jesús estaba interesado en que nosotros
aprendiéramos a tener la ideología del Reino de los cielos y no otra.
1.1 Las ideas que se cristalizan en nuestros pensamientos: Son las ideologías de
hombres y de culturas las que se transmiten de generación en generación. Una de
las mentiras que no corresponden al reino de los cielos es que Dios destinó a unos
para ser ricos y a otros para ser pobres, y nada de lo que se haga puede cambiar esa
situación. Hay expresiones, dichos y refranes que hacen parte no solo del
vocabulario sino de la ideología de muchas naciones por ejemplo: “unos nacen con
estrella y otros estrellados” “árbol que nace torcido nunca su rama endereza” “de
tal palo tal astilla” “hijo de tigre sale pintado”.etc. es necesario empezar a marcar
una generación con una ideología diferente basada en verdades absolutas. .
1.2 La Verdad de Dios rompe toda mentira: Dios no hace acepción de personas
(Hechos 10:34, Deuteronomio 10:17). Lo que Él ha hecho es establecer las leyes de
prosperidad en su Palabra. No es nuestra culpa haber nacido en esclavitud, pero si
es nuestra responsabilidad ser libres al conocer la Palabra de Dios y obedecerla y
asídisfrutar el ser bendecido, ya que la verdad está al alcance de todos.
- Dios quiere que seamos prósperos: (2 Corintios 8:9, 3 Juan 2)la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo ratifica su deseo de prosperarnos
- Dios quiere que salgamos de toda pobreza: (Deuteronomio 28:15-48, Gálatas 3:13-14) El cuadro absoluto de pobreza es la consecuencia de la realidad del hombre al apartarse de Dios. Sin embargo, en Gálatas vemos la intención de redención de Dios y su determinación de sacarnos de toda miseria y escasez al darnos la bendición que dio a Abraham, la cual incluía prosperidad económica.
2. DIOS TIENE EL PODER DE HACERNOS RICOS
(Hageo 2:8) El concepto de riqueza del hombre es contraria al concepto de riqueza que Dios tiene (2Corintios 8:9). Hay hombres tan pobres que lo único que tienen es dinero, y están muy lejos de aquello que en verdad tiene valor (Mateo 4:4). Durante mucho tiempo, el amor a la riqueza material ha hecho que el hombre se desvié de Dios, tomando caminos cortos que al final se hacen largos (Mateo 4.8-10) La riqueza que proviene de Dios empieza en el amor que abunda en aquellos que aceptan a Jesucristo no solo como su Salvador, sino como un modelo de vida, donde el fruto se hace evidente en Gálatas 5:22.
3. EL QUE NO OLVIDA A DIOS VE TANGIBLE SU BENDICIÓN(Deuteronomio 8:7-19)
Es una verdad manifiesta que se presenta para que las juventudes tomen la
decisión. Esta verdad nos guardará de la soberbia y la altivez, y nos permitirá ver la
bendición de la prosperidad en abundancia no solo espiritual y emocional, sino
también material.
TALLER DE APLICACIÓN
Repartir hojas en blanco y motivar a cada joven para que tome lo que hoy conoció
de la Palabra de Dios y escriba cómo puede aplicar esta verdad a su vida. Al final
pidamos tres hojas de manera voluntaria para leerlas y finalizar orando, y colocando
en las manos de Dios aquellas aplicaciones que de manera personal cada uno hizo.
Comentarios
Publicar un comentario